Debido a este déficit, muchas familias pueden encontrar problemas a la hora de comunicarse con sus familiares, ya que no encuentran el modo adecuado o las herramientas para hacerlo correctamente. Así, en ocasiones, se acaba recurriendo a elevar la voz, pensando que así la persona escuchará mejor, que no es algo recomendable. Además es fácil perder la paciencia, generando un estado de nervios y un malestar innecesario para ambas partes.
Si quieres saber qué opinan y recomiendan nuestros profesionales para poder dialogar de forma más fluida con una persona con déficit auditivo…¡No te pierdas el vídeo!
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