Este sábado hemos disfrutado en Los Llanos Vital de una jornada muy especial. Mayores, familiares y profesionales hemos vivido con emoción una actuación en la que música, cine y palabra se han dado la mano. Todo empezó cuando Carmen Sanz, hermana de Consuelo, una de nuestras residentes, nos regaló un libro maravilloso que ha escrito: Conciencia de Cine.
Un libro en el que recopila 100 sonetos escritos por ella en honor a 100 películas que han marcado la historia del cine y que, de una forma u otra, también han marcado nuestras vidas. Lo que el viento se llevó, Esplendor en la hierba, El hombre tranquilo…Estas son algunas de las películas que han inspirado a esta profesora a coger la pluma y escribir unos sonetos que nada más leerlos supimos que teníamos que compartir.
Un pequeño gran encuentro de canciones y sonetos
Así, nos pusimos manos a la obra y decidimos organizar un recital en el que tanto Carmen como los veteranos de los Llanos leyeran algunos de los sonetos de este libro. Lo que no nos imaginábamos es la sorpresa que estábamos a punto de recibir. Y es que Francisco, marido de Carmen y gran aficionado a la copla, se presentó como voluntario para complementar el recital con un espectacular repertorio de canciones.
María la Portuguesa, Volver o Los Campanilleros fueron algunas de las canciones con las que Francisco emocionó al público – tenemos que confesar que a más de uno vimos soltar una lagrimilla – y lo cierto es que no era para menos.
Las mayores de Los Llanos aportaron todo su arte al recital
Jaqueline, Carmen, Consolación y Maribel fueron las mayores llaneras que acompañaron a Carmen en la lectura de sonetos. Cada una de ellas interpretó a la perfección las letras de Carmen y nos hicieron vivir momentos estupendos.
El recital comenzó escuchando la banda sonora de la película El hombre tranquilo, de John Ford.
Nuestra trabajadora social, Ana Santaolalla, presentó este libro que “recuerda y revive películas a través de sus sonetos” y después comenzamos con las actuaciones. La proyección de un fragmento de cada película, la lectura del soneto inspirado en ella y la canción de Francisco, así una tras otra para que los personajes de las películas y sus historias cobraran vida en nuestro salón de actos.
Uno de los momentos más divertidos vino de la mano de “Una noche en la ópera”, película con la que todos los presentes no pudieron evitar soltar más de una carcajada. Y es que, ¿quién se puede resistir al humor de los hermanos Marx?
En definitiva, en Los Llanos hemos vuelto a vivir una jornada estupenda gracias a la generosidad de las maravillosas familias que nos acompañan día a día y que siempre están dispuestas a compartir y entregar a los demás lo mejor de sí mismas. A nosotros ante tanto arte solo nos queda quitarnos el sombrero y gritar a los cuatro vientos: ¡Bravo, bravo y bravo!
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