El programa intergeneracional de Los Llanos Vital es uno de nuestros pilares fundamentales, por eso, cada año incorporamos nuevas actividades y proyectos que nos ayuden a seguir innovando en este campo. Trabajamos día a día para que los mayores continúen integrados en la sociedad y formen una parte activa de ella. Para conseguirlo es importante que no pierdan contacto con los diferentes sectores que la componen y los niños, son uno de ellos.
Así, desde hace varios años venimos realizando diversas actividades con los alumnos de diferentes colegios como el Montessori, con el que desarrollamos con éxito el programa Érase once Upon a Time, o el Santa Quiteria de Alpedrete, con el que realizamos diferentes actividades a lo largo del año para finalizar con nuestra tradicional acampada intergeneracional con los alumnos de tercer curso del colegio.
Y es con los alumnos del colegio Santa Quiteria con los que estamos desarrollando una actividad fantástica: la yincana sensorial. Una vez al mes un grupo de alumnos, de primer a sexto curso, viene a Los Llanos Vital para participar, junto con los mayores, en esta actividad. Se trata de un ejercicio en el que hay que agudizar los sentidos y ponerlos a prueba.
Divididos en grupos, mayores y niños tienen que adivinar o superar, utilizando el tacto, olfato, oido o el gusto, los diferentes objetos, retos o alimentos que se les ofrece. Un ejercicio de lo más divertido en el que además de mantenerse alerta, tanto alumnos como mayores, pasan un rato estupendo.
La yincana dura en torno a una hora. Los niños y los mayores se van turnando para poder participar en todas las actividades y hacerlo con diferentes personas. Tras la yincana, todos disfrutan de un agradable aperitivo en el jardín para intercambiar opiniones antes de volver a la rutina.
La yincana sensorial es una actividad completa con muchos aspectos positivos para ambos grupos. Ana Sanz, terapeuta ocupacional de Los Llanos Vital, destaca que a los mayores “les da vitalidad, estimulación, alegría, diversión y les ayuda a romper con la rutina”, además del trato con niños que “al 90% de los residentes les aporta bienestar”.
En cuanto a los niños, Charo Mena, profesora del Santa Quiteria, señala que el trato con los mayores “les enseña a ver lo que es la vida y la vejez, a interactuar con los abuelos”. Amparo Trigo, otra de las profesoras, destaca por su parte que los mayores “les enseñan a mirar a los demás, a ver cómo los abuelos necesitan su cariño, a cuidar y querer”.
En definitiva, la yincana sensorial es otro de los ejemplos que corrobora la importancia de fomentar y buscar vías de cooperación entre mayores y niños. Las actividades intergeneracionales son una herramienta muy importante para favorecer el entendimiento entre los diferentes grupos de edad y superar posibles prejuicios y sin duda en Los Llanos seguiremos desarrollándolas con ilusión y empeño.