En Los Llanos Vital sabemos lo importante que es tener un personal cualificado. Pero no sólo eso, también sabemos lo importante que es que las personas que integran nuestro equipo estén contentos trabajando con nosotros. Por eso nos esforzamos en adaptarnos a ellos y ellos, lo valoran.
NURIA: “Aquí te escuchan. Yo me siento valorada. Y para mí eso es muy importante”
Nuria trabaja en el Centro prácticamente desde que abrió sus puertas, y ha ido creciendo a su mismo ritmo. Empezó trabajando fines de semana y festivos. Cuando se abrió el Centro de Día pasó a formar parte de él, pudiendo así hacer compatible su vida laboral con la familiar. Ahora trabaja entre semana y su trabajo se ha ido desarrollando cada vez más.
Como ella, la mayor parte de los trabajadores conocen bien la evolución del Centro. Lo habitual en la plantilla de los Llanos Vital es encontrarnos con personas que llevan trabajando aquí desde el principio, o que se han ido incorporando con el crecimiento del Centro, porque, como ellos mismos afirman, todo el que llega se queda. Ni más ni menos que 14 años juntos superando retos.
NATALIA: “Cuando yo empecé había 65 residentes, no había Centro de día. Ahora hay muchos usuarios de Centro de día y la Residencia está prácticamente llena todo el año, con lo cual hay muchísimas más personas a las que cuidar y tratar. El trabajo ha evolucionado, se ve que los mayores son cada vez más dependientes, así que necesitan una mayor asistencia”.
Que los trabajadores permanezcan en el Centro tiene muchos beneficios: pueden adquirir la metodología y cultura del Centro y aprovechar la formación que se imparte; procuramos adaptar a ellos su puesto de trabajo, aprovechando las habilidades que cada uno tiene, generando una mayor satisfacción; las personas se implican más en lo que hacen porque son conscientes de la importancia de su trabajo; forman un equipo, complementándose y ayudándose, porque saben que el trabajo de cada uno es importante para los demás. Se sienten orgullos de lo que hacen y de formar parte del Equipo de los Llanos.
MONTSE: “La mayoría llevamos muchos años. Los mayores nos conocen a nosotros y nosotros les conocemos mucho a ellos. Cuando hacen cualquier movimiento ya sabemos qué es lo que les pasa.”
NURIA: “Les tratamos como si fueran parte de nuestra familia. Si muchas veces nos pasamos más tiempo aquí trabajando que en casa con nuestra familia”.
Tanto tiempo con ellos da para muchas anécdotas. Natalia recuerda alguna con mucho cariño: “Recuerdo un día que salimos al cine a Villalba y llegamos con mucho tiempo. Decidimos tomar un café y lo único que había abierto era un Mc Donalds así que dijimos, bueno, pues entramos y pidieron un helado. Ninguno de los que llevé había tomado nunca un helado en Mc Donalds y alucinaron. Decían nunca habíamos tomado un helado tan rico. Disfruté muchísimo viendo como lo disfrutaban ellos”.
Cuando la Residencia se puso en marcha en la mente de la directora había un deseo que ha sido capaz de convertir en realidad, hacer un Centro de trabajo del que se siente orgullosa. Hoy en día, siente haberlo conseguido y ello gracias a un equipo formado por 70 personas y el 90% de ellos fijos. Esther García ha conseguido rodearse de los mejores, con la tranquilidad de saber que todos reman en el mismo sentido, y la sensación de rodearse de todo un equipo de profesionales que se han convertido en una gran familia, porque como ella misma confiesa recordando las palabras de otra compañera…
“Aquí no hay puestos de trabajo. Hay puestos de personas”.